Las Sirenas
Las sirenas son seres cuya mitad superior suele tener el
aspecto de una bella mujer, mientras que, de la cintura para abajo, no
presentan piernas sino una cola de pez. Su origen se remonta a la mitología
griega, aunque las sirenas también han aparecido en la mitología y el folclore
de distintas civilizaciones.
Pese a ser originarias del ámbito mitológico, con el paso del tiempo las
sirenas se introdujeron en la esfera del folclore.leyendas y las creencias
populares. Así, a lo largo de los siglos ha habido muchísimos avistamientos de
supuestas sirenas, los cuales han ido disminuyendo su frecuencia con el avance
del conocimiento científico y el retroceso de la superstición. No obstante, aún
en el siglo XX se han dado avistamientos.
A la fecha actual no existe todavía evidencia contundente
que haga pensar en la existencia de las sirenas; y, lo que en el pasado pudo
haber sido tomado como evidencia (los cadáveres falsos creados por
taxidermistas, por ejemplo), en términos generales ya se encuentra esclarecido.
Pero a pesar de todo subsiste una pequeña chispa de duda, al punto de que
algunos han hecho la especulación científica de que las sirenas podrían ser un
eslabón perdido en la evolución humana; y otros, desde la pseudociencia o el
esoterismo, han afirmado que las féminas acuáticas son un experimento genético
de los extraterrestres, o un cierto tipo de entidad del otro mundo, ya se trate
de espíritus, tulpas, o incluso demonios…
Las sirenas y la mitologíaMitología griegaEl antecedente de las sirenas está en unos seres con cuerpo de pájaro y torso o rostro de mujer (las arpías), así como una voz musical, atractiva e hipnótica. Es después cuando aparece la sirena que todos conocemos y que, al menos en lo que respecta a escritos aún conservados, aparece por vez primera en un famoso libro de Homero: La Odisea.La historia de su origen (en la ficción mítica) es la siguiente: Océano se casa con su hermana Tethys y tiene varios hijos, tales como Nereo, Doris, Aqueleo o las Oceánidas, quienes eran tres mil y poblaron los mares.
Después hubo un nuevo incesto (la mitología está llena de
incestos) entre Nereo y su bella hermana Doris, conocida como “la de hermosos
cabellos”. De esa unión nacieron las cincuenta Nereidas, cada una con una
misión especial y, muchas de ellas, futuras madres de héroes como Aquiles o
Eaco.
Ahora, a las Nereidas también se les conocía como “ninfas
del Mediterráneo” y “Ninfas del Mar Negro”, y se las representaba como mujeres
hermosas, desnudas o semidesnudas. Como se ve, las Nereidas estaban
estrechamente vinculadas al mar, lo cual permitió que, a través sobre todo de
los poetas, se fuera creando la imagen de la ninfa que, en vez de piernas de
mujer, tenía cola de pescado. Y claro: eso equivalía al surgimiento de la
sirena, tal y como la conocemos.
Medio OrienteEn el Medio Oriente, las primeras historias de sirenas surgieron en la Asiria del 1000 a.C., y en ellas se representaba a las sirenas con cuerpo de pez y torso y rostro de mujer, tal como en la actualidad. Resulta de gran relevancia la leyenda mesopotámica narrada posteriormente por Diodoro Sículo (un historiador griego del s. I a.C.) expresados en términos de la mitología latina.
Tal leyenda cuenta que la diosa siria Derceto ofendió a
Venus (diosa del amor) y ésta, en represalia, le inspiró amor hacia un pastor
(poca cosa para una diosa). Entonces Derceto y el pastor acabaron procreando a
Semíramis, una niña que llegaría a ser la reina de Babilonia… Paralelamente,
Venus hizo que, al nacer su hija, el amor de Derceto por el pastor acabase
abruptamente. Ante eso, Derceto se llenó de ira y amargura, abandonó a
Semíramis, hizo matar al pastor y finalmente, en medio de su desesperación, se
arrojó al agua para acabar con su vida y así librarse del sufrimiento. Sin
embargo los dioses no querían que Derceto muera: ellos querían verla sufrir, y
para eso necesitaban conservarla con vida… Fue por esa razón que, cuando
Derceto se arrojó al agua, los dioses la transformaron en sirena.
Indagando en la esencia de la leyenda expuesta, tenemos que
Derceto es el equivalente de Atargatis, una diosa siria que gobernaba los mares
y a la cual se le consagraban peces y se le adoraba en templos llenos de
grandes estanques.
IrlandaEn Irlanda se habla de los merrows, una especie cuya hembra es el equivalente a la sirena, excepto porque tiene membranas en las manos, son siempre hostiles a los humanos y tienen prendas mágicas que le permiten atravesar cualquier zona del mar, sin importar qué tan indómitas sean las corrientes marinas.
Según se dice en el folclore (inspirado en la mitología), un
hombre puede quitarle la prenda mágica a una merrow, consiguiendo así que ésta
se case con él y le dé parte de su riqueza (se cree que las merrows consiguen
tesoros de los naufragios); aunque, si la merrow llega a encontrar la prenda
(el hombre debe escondérsela para tener poder sobre ella), sentirá el llamado
del mar y abandonará a su esposo y a sus hijos (que nacen como humanos
normales) si los tiene…
EscociaEn la mitología escocesa existe Ceasg, la “doncella de las olas”, una sirena especial cuya mitad inferior es de salmón. Según se dice, si la capturan ésta puede conceder tres deseos a cambio de su liberación; aunque, si un hombre se enamora de ella, ella lo arrastra a las profundidades del mar…
Semejante al merrow, en el folclore escocés se habla de los
selkies, una especie de hada marina que adopta forma de foca en el agua y, en
tierra, se deshace de su piel de foca y toma forma de mujer. Nuevamente, aquí
el hombre puede casarse con una selkie si encuentra la piel de foca y la
esconde, siendo abandonado si
la selkie encuentra la piel. Y, en caso de que tengan
descendencia, los hijos tendrán membranas entre los dedos de los pies y/o de
las manos.
China
Muchos cuentos de la mitología china hablan de las sirenas
como seres maravillosos, hábiles y versátiles, como una especie cuyas lágrimas
se transforman en perlas, y cuyas manos pueden tejer un material fino, hermoso
y transparente. Gracias a eso, se cree que muchos pescadores intentaban
capturarlas, pero nunca podían porque el canto de las sirenas lo impedía.
Posibles explicacionesManatíes, morsas, focas, etc…
Uno de los avistamientos más famosos fue el del mismísimo
Cristóbal Colón, quien afirmó en 1493 que había visto a una sirena frente a las
costas de la Florida.
Sobre eso, el historiador José Durand escribió lo siguiente:
‹‹Cuando el Almirante iba a Río del Oro, dijo que vio tres sirenas que salieron
bien alto de la mar, pero no eran tan hermosas como las pintan, que en alguna
manera tenían forma de hombre en la cara. Dijo que otras veces vio algunas en
Guinea, en la costa Manegueta››. Se ha mencionado el caso de Colón porque es
ideal para ilustrar la teoría de que los supuestos avistamientos de sirenas han
sido usualmente avistamientos de manatíes, morsas y otros animales que, por su
morfología, pueden ser confundidos con las míticas criaturas. Centrándonos en
lo que vio Colón, la hipótesis de los manatíes resulta muy razonable porque
Colón deja claro que el rostro de las criaturas era masculino y carente de
belleza, tal y como tienen la cara los manatíes, criaturas éstas que habitan y
habitaban por donde Colón tuvo los avistamientos.
Al igual que los manatís, los dugongos
(la propia palabra dugongo deriva del malayo duyong, que
significa sirena), de la misma familia de los sirenios y
similar en aspecto al manatí, aunque éste no habita en América sino en las
costas orientales de África y en las costas y principales islas del Océano
Índico. Su caso cobra una importancia particular, ya que las madres de la
especie amamantan a sus crías fuera del agua, sujetándolas con las aletas (a
modo de una madre humana sujetando a su bebé en brazos) mientras éstas chupan
en un área cuya localización es análoga a la de los senos de las mujeres
humanas (cerca de las citadas aletas). De este modo, en muchas ocasiones los
marineros debieron ver la escena desde lejos, no pudiendo distinguir bien más
que las siluetas, dejando así el resto a una imaginación imbuida de mitos y
supersticiones de mujeres con cola de pez.
Los taxidermistasEl caso de los taxidermistas juega un rol importantísimo a la hora de descartar supuestas evidencias sobre las sirenas. En efecto, se sabe que, desde hace varios siglos, ha habido taxidermistas que, a fin de conseguir dinero, diversión o ambas cosas, crearon cuidadosamente falsos cadáveres de sirenas, juntando para ello los restos de distintas criaturas. Por eso resulta comprensible que, en épocas en que el conocimiento genético era nulo, la gente pensase que efectivamente estaba ante los cadáveres de una especie misteriosa que ocultaba su presencia de la mirada del peligroso ser humano.
Un ejemplo magnífico es el de la sirena de Buxton, un
cadáver con apariencia muy convincente que, desde su hallazgo en el siglo XIX,
fue cuidadosamente preservado como si del cadáver de un extraterrestre se
tratase. Sin embargo, cuando un grupo de científicos de la Universidad de Lincoln
le hizo un análisis de ADN, la esperanza de que fuese una sirena se derrumbó
por completo ya que sus distintas partes tenían los ADN de las diversas
especies usadas para componerlo, todas especies conocidas por la ciencia.
Incluso se empleó pelo humano para dotar de cabellera a la falsa sirena, aunque
la sirena de Buxton es el caso de fake más claro y conocido, existe su homólogo
masculino (presumiblemente hecho por el mismo taxidermista) y muchos otros
casos similares…
Mujeres buzosMuchas veces las mujeres buzos fueron confundidas con sirenas. En efecto, además de los típicos reportes en que las sirenas aparecen con cola de pez, hay otros que las muestran con piernas. Muchos viejos cuentos irlandeses hablan de las sirenas como seres que viven en tierra firme bajo el mar; y, por su parte, la versión de las islas Shetland dice que las sirenas usan pieles de animales para nadar en el agua y, ya en tierra, se quitan esas pieles y caminan como mujeres normales. No muy distinta es la sirena de las Islas Orcadas: esta sirena no tiene cola de pez, pero usa una falda larga que semeja la cola de un pez cuando nada…
Un ejemplo clave a favor de la teoría es el del navegante
holandés Hamel. A saber, Hamel naufragó cerca de la isla coreana de Jeju en
1653 y, junto con otros supervivientes, pasó diez días en dicha isla. Cuando
regresó a Holanda, Hamel escribió un libro sobre su experiencia en Jeju,
afirmando que había sirenas en la isla. Sin embargo, actualmente se sabe que en
Jeju existe una tradición de mujeres buzos que se remonta a mucho antes de que
Hamel naufragase. Entonces: ¿No fue eso lo que él vio? Recordemos que él y su
tripulación no hablaban el idioma de los nativos y que quizá, sorprendido por
las inusitadas capacidades (como estar tanto tiempo bajo el agua) de buceo de
esas mujeres, Hamel pensó que eran sirenas, hipótesis ésta que no se ve anulada
al pensar que Hamel pudo haber visto en tierra a una de las mismas mujeres que
vio bucear. Con esto se quiere decir que Hamel debió ver como algo sobrenatural
la habilidad de buceo de esas mujeres, pensando así que eran sirenas.
Apoyando la hipótesis del caso de Hamel está el famoso
investigador y explorador francés Jacques Cousteau, quien documentó una
tradición de mujeres buzo que, en las gélidas aguas patagónicas de Tierra del
Fuego, se sumergían con temperaturas de aproximadamente 5 grados centígrados…
Entonces y considerando lo antigua (siglos) de esa tradición: ¿no cabe pensar
que algunos exploradores europeos las confundieron con sirenas? Si cualquier hombre
actual se sorprendería al ver tales capacidades de resistencia en una mujer:
¿cuánto más no se sorprendería un explorador del siglo XVI, imbuido como estaba
en la ignorancia científica de la época y en la creencia en mitos y
leyendas?...
Alucinaciones inducidas por el sol u otras causas
Se sabe que el estar expuesto demasiado tiempo al sol puede
provocar alucinaciones, así como también la ingesta de alcohol u otras
sustancias que los marineros pudieron haber consumido. Esto lleva a pensar que,
en muchos casos, o bien vieron algo (manatíes, focas, etc) y lo desfiguraron
por el delirio alucinatorio, o bien alucinaron sobre ninguna base material.
Lógicamente lo primero se aplica mejor a los casos en que la “sirena” es vista
por más de un marinero, mientras que lo segundo a los casos en que es un solo
marinero el que ve a la “sirena”.
El eslabón perdidoÉsta es la teoría del simio acuático y postula que, mientras algunos primates se adaptaron a la vida en la tierra, otro grupo se separó y se adaptó a la vida marina, modificando su morfología hasta dar lugar a las sirenas (y los sirenos).
En esta línea surgió el famoso y polémico documental de
Animal Planet: Sirenas, un cuerpo encontrado. Dicho documental exponía el
hallazgo de un supuesto cadáver de sirena, mencionaba la teoría del simio
acuático y decía que el gobierno norteamericano sabía de la existencia de las
sirenas (una especie muy poco numerosa) pero lo ocultaba bajo la concepción de
éstas como un puro mito. Entre otras cosas, también hablaba del caso de
comunidades pesqueras en que los delfines ayudaban a los humanos a pescar,
sabiendo que serían liberados y recompensados después de caer en las redes
(siempre caían). Esta situación es importante porque, según el documental,
muestra un tipo de “memoria de especie” producida por el recuerdo (en los
delfines) de una época en la cual las sirenas (tan parecidas a las mujeres
humanas) abundaban y colaboraban con los delfines.
El documental fue tan bien recibido por el público que su
fama saltó y la respuesta de los organismos oficiales no se hizo esperar. Así, la National Oceanic
and Atmospheric Administration (NOAA) afirmó en un comunicado de prensa que,
hasta la fecha, no se ha encontrado prueba alguna de que las sirenas existieron
Fakes muy bien hechosAparte de los falsos cadáveres, existe un tipo de farsa que no debe ignorarse: las personas (mujeres en esencia) disfrazadas… El problema con esto es la ausencia de casos confirmados; pero, dada la tendencia inherente del ser humano a bromear, no sería descabellado pensar en una que otra mujer que haya recurrido a tal argucia; e inclusive, si recordamos a las mujeres buzo del Medievo y al afán que tenían de pasar desapercibidas por la censura eclesiástica, tiene cierto sentido el pensar que más de una pudo haberse puesto algo semejante a una cola…
Con respecto a esta hipótesis, resulta muy útil lo ocurrido
hace poco con un famoso vídeo de youtube en el cual aparece una supuesta
sirena en los arrecifes coralinos de Queensland, Australia. A la tal sirena
nunca se le ve la cara, pero su morfología superior (cintura para arriba) es
claramente la de una mujer humana y su forma de nadar es propia de un ser
adaptado a la vida submarina. En todo caso y para desestimar al vídeo, la
conductora del programa Paranormal Files se disfrazó de sirena y reprodujo
exitosamente las habilidades mostradas por la supuesta sirena del vídeo,
mostrando así que prácticamente era seguro que se tratase de una farsa…
Intervención extraterrestre
Esta
excéntrica teoría dice que las sirenas sí existen y que son el producto de un
experimento genético de los extraterrestres. Ya sea mezclado nuestro ADN con el
suyo o con especies marinas, se trata de una teoría con escasas o nulas
posibilidades de ser cierta. Ciertamente es muy imaginativa y parecería ser
imposible de demostrar, aunque abre un amplio margen a la especulación.
Podemos así pensar que los extraterrestres crearon intencionalmente muy pocas sirenas, y que las programaron para una muy baja tasa de reproducción o las programaron genéticamente para ser muy longevas o simplemente no poder morir por el envejecimiento, explicándose con ello el porqué antes habían tantos avistamientos y ahora ya no; puesto que, si bien no pueden morir de viejas en el planteamiento expuesto, sí pueden morir por accidentes, ataques y ese tipo de situaciones, siendo así que su número iría reduciéndose progresivamente… Claro está que todo esto no debe ser considerado como una explicación científica, aunque los términos del tipo de causalidad que involucra sí son científicos, lo cual, por poner un ejemplo, no ocurre en la paranoica hipótesis esotérica-religiosa de que las sirenas son un tipo de demonio… Ahora y por último, esta hipótesis tiene otro enorme problema: se puede usar para “explicar” demasiadas cosas desconocidas, tiene incluso el potencial para arruinar la seriedad que busca el discurso pseudocientífico de la Criptozoología. De ese modo, tranquilamente podemos pensar que Pie Grande, el Chupacabras y el Monstruo del Lago Nes, son todos ellos experimentos aislados de los extraterrestres que intentaban adaptarse a nuestro planeta o jugar con nosotros… |
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