Cómo se origina un asesino en serie



Cómo se origina un asesino en serie

Todo asesino serial tiene “trastorno de personalidad antisocial”, una condición que se caracteriza por la falta de empatía, la manipulación, y el ver a los demás como meros medios para satisfacer los propios deseos. Pero eso no basta para que surja un asesino. Padres violentos, rechazo social, traumas y otros factores, podrían crear al monstruo…
.COMPORTAMIENTO
1. Fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal, como lo indica el perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención
2. Deshonestidad, indicada por mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros para obtener un beneficio personal o por placer
3. Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro
4. Irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones
5. Despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás
6. Irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas
7. Falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros
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No todo psicópata es un asesino serial. Cabe así la pregunta: aquellos psicópatas que se transformaron en asesinos seriales, ¿estaban indefectiblemente destinados a convertirse en asesinos seriales? Para responder a eso hay que tener presente que la psicopatía es una condición que siempre se manifiesta a nivel de anomalías neurológicas, por lo que el cerebro del psicópata nunca es igual al de la persona normal. No obstante eso no implica que todo psicópata nace siendo asesino serial, Así pues, la realidad es que el asesino serial se hace. Entonces: ¿qué circunstancias tienden a hacer que un psicópata se transforme en asesino serial? Principalmente estas:
Un entorno familiar inapropiado, con patrones como: violencia entre los padres; maltrato, indiferencia-abandono o demasiada permisividad por parte de uno o ambos progenitores; ausencia de uno o ambos progenitores; incestos, abuso sexual o algún tipo de situación sexualmente insana originada en el marco familiar; comportamientos desequilibrados y destructivos-autodestructivos en los padres, tales como alcoholismo, drogadicción, prostitución; etc.

Exposición a eventos traumáticos

El ser testigo de uno o varios sucesos traumáticos es algo que muchas veces juega un rol crucial en la creación del asesino en serie. Según estudios científicos, presenciar un acto violento puede desencadenar agresión y desórdenes de ansiedad tales como estrés agudo o trastorno por estrés post-traumático, o inclusive puede ocasionar problemas relacionales y una disrupción en el desarrollo de la capacidad empática

Un ejemplo terrible fue el del legendario asesino Gilles de Raise, quien destripaba a sus víctimas como un reflejo de que, durante su niñez, vio a su padre con las tripas afuera, agonizando en el lecho antes de morir tras un ataque de jabalí.
Un niño que crece rodeado de agresión contra cualquier ser vivo, tiene más probabilidad de violar, abusar o matar a humanos cuando sea adulto. Esto es importante ya que muchas veces el presenciar violencia animal constituye aquellos eventos traumáticos y lastimosamente, esta potencial fuente de eventos traumáticos a presenciar, viene como complemento a experiencias de maltrato .


Maltrato infantil y adolescente

El maltrato infantil casi nunca será suficiente en la creación de un asesino en serie, pero siempre será importante.
Los psicólogos dicen que, cuando hay maltrato infantil por parte de uno o ambos progenitores, el maltratado sufre un menoscabo en su capacidad para confiar en el otro en general, pudiendo así refugiarse en el aislamiento y en fantasías violentas.
Naturalmente el hogar es la fuente más usual de maltrato infantil y adolescente, pero no la única. Están también las instituciones educativas, los orfanatos y los reformatorios, entre otras,

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Relación con los padres

Generalmente es la madre la figura que más peso tiene en la construcción del asesino serial, en parte porque, en las biografías de los asesinos, es muy frecuente la figura del padre que se ausentó tempranamente (cuando el asesino era niño) o que nunca estuvo. Esta madre suele ser dominante, estricta, cruel, maltratadora; distante e indiferente; incestuosa, promiscua o sexualmente perturbadora y provocadora; de moral religiosa y represiva, o de un libertinaje amoral; alcohólica y drogadicta; etc. Mientras tanto, cuando el padre está presente y es fuente de daño y trastorno, lo es casi siempre bajo la figura del padre autoritario, violento, sádicamente disciplinario, y usualmente machista y alcohólico.
Los padres son claves en la construcción moral, social y emocional del sujeto, en su encaminamiento a la legalidad o la ilegalidad. Es así que las biografías de asesinos están llenas de madres y padres ausentes o perniciosamente deficientes: padres ausentes, o machistas, bebedores, y violentos, madres prostitutas, descarriadas, distantes o maltratadoras…
Según los psiquiatras, las siguientes situaciones son de gran riesgo en tanto potenciales generadoras de un futuro antisocial:
  • Padre o madre ausente (esto sucede en aproximadamente un 60% de los casos)
  • Desequilibrio disciplinario: un padre muy severo y una madre muy permisiva, o un padre muy permisivo y una madre muy severa. Casi siempre ocurre lo primero, y entonces el niño aprende a manipular (por culpa de la madre) y desarrolla odio hacia la autoridad en general (por culpa de la autoridad particular del padre).
  • Falta de vinculación con el bebé durante los primeros nueve meses, sobre todo de madre a hijo. Esto es enormemente perjudicial, ya que deja secuelas a nivel neurológico…
  • Padres hipócritas que en público manifiestan una imagen de unión y armonía familiar, pero en privado humillan y menosprecian al hijo.
La madre
Generalmente, en las biografías de los asesinos seriales, la figura materna (sea madre biológica o madre adoptiva) tiene un mayor peso en la construcción de la motivación criminal. Puede aparecer así bajo distintas formas, pudiendo a veces manifestarse varias de estas formas en una sola madre:
  • Madre prostituta
  • Madre que engendra deseo sexual en el hijo
  • Madre sobreprotectora
  • Madre dominante y maltratadora (puede ser maltrato físico o psicológico)
  • Madre que abandona al hijo o está ausente (pudiendo ser esto por muerte temprana)
  • Madre con respecto a la cual el hijo sostiene un vínculo afectivamente dependiente que, al romperse con la muerte de ésta, impulsa hacia el asesinato al hijo, de alguna u otra forma
Los asesinos seriales suelen tener pésimos modelos maternos, pero a veces eso llega al extremo y entonces la relación madre-hijo puede volverse escalofriantemente patológica, tal y como en el caso de Edmund Kemper, quien, tras irrumpir en la habitación de su madre y decapitarla, tomó la cabeza de ésta, le lanzó dardos mientras la insultaba, y finalmente la agarró para hacerse sexo oral…
Hecho ya un panorama general con los ejemplos referidos arriba, cabe señalar que, si bien tanto la madre como el padre pueden inducir agresividad y trastornos en el futuro criminal, la madre está más asociada a trastornos en la conducta sexual.es el caso de José Antonio Rodríguez Vega, esto se plasmó en su búsqueda por mujeres mayores a las que mataba y violaba, siendo que, a través de esas violaciones, violaba simbólicamente a su propia madre (esto se desprende de confesiones suyas); por último y no menos

sorprendente, en el caso de Henry Lee Lucas vemos a un chico que era vestido de niña y maltratado psicológicamente por una madre que se prostituía delante de él, lo cual posteriormente desembocó en que Henry, tras salir del reformatorio y discutir con su madre, terminase no solo matándola sino violando su cadáver, expresando así el deseo incestuoso que le causó el ver prostituirse a su madre años atrás…
El padre
Generalmente, en las vidas de los asesinos seriales ocurre una de estas dos cosas: o bien la figura paterna está marcada por la ausencia, o bien por una presencia opresiva, autoritaria, rígida, violenta y desprovista de afecto.
En las biografías de los asesinos seriales son dos los modelos paternos que más se repiten: el primero es  el de la figura paterna marcada por la ausencia (sea por abandono temprano del hogar, porque nunca estuvo, o porque fue distante), y el segundo el del padre con presencia opresiva, autoritaria, rígida, violenta y desprovista de afecto. Del primero tienden a surgir hijos con falta de límites; y, del segundo, hijos que han aprendido el uso de la violencia como un recurso efectivo para ejercer control sobre los demás…
Cuando un chico ha crecido sin padre: es 5 veces más propenso a cometer suicidio, 32 veces más propenso a huir de casa, 20 veces más propenso a tener desordenes conductuales, 14 veces más propenso a realizar actos de precocidad y abuso sexual, 9 veces más propenso a dejar los estudios, 10 veces más propenso a abusar de drogas y otras sustancias, y 20 veces más propenso a terminar en prisión…
En el segundo caso, el del padre violento y controlador, las consecuencias son terriblemente nefastas. Así, el desarrollo social y emocional se alteran, y el sujeto usualmente se aísla y prácticamente siempre se vuelve más agresivo, desconfiado y manipulador. De ese modo, el padre autoritario y violento enseña que la violencia es un recurso idóneo para conseguir lo que se desea; y, paralelamente, puede engendrar en el hijo un sentimiento de impotencia que, en los asesinos seriales, ha sido la raíz de esas fantasías de control-poder que culminan en atroces actos de asesinato y tortura. Además de eso, a nivel del desarrollo moral la figura del padre autoritario y violento es contraproducente; ya que, en lugar de conducir a una interiorización de los códigos morales, conduce a un respeto del mismo en función de la conveniencia, de modo que el sujeto tiende a frenar sus malas acciones solo para evitar las consecuencias. Pero lo peor viene cuando el sujeto desarrolla un odio hacia la autoridad y un rechazo tajante de los códigos sociales-morales que ésta representa, pues es entonces cuando el comportamiento antisocial puede surgir, sobre todo si se trata de un psicópata, ya que éste carece de los niveles de miedo que una persona normal tiene con respecto a las posibles consecuencias negativas de sus actos. Parte de lo anterior deja entrever el hecho de que, un padre violento y controlador, casi siempre origina un hijo manipulador y mentiroso; puesto que, además de aprender a controlar mediante la violencia, el hijo aprende a evitarse problemas mintiendo, ya que la mentira le fue útil para evitar ser castigado y así, en un futuro, podrá usarla no solo para evitarse males sino para conseguir la confianza y la aprobación de los demás fingiendo ser algo que no es.

Muchos asesinos tuvieron padres brutales. Por ejemplo,Albert DeSalvo tenía un padre que traía prostitutas a casa y que golpeaba brutalmente a él y a su madre, llegándole a romper dedo por dedo a ella, y llegándole a causar a él un daño permanente tras darle con un tubo metálico en la espalda
La adopción
La adopción representa necesariamente la ausencia de los padres biológicos, pero no la ausencia de una figura materna y de una figura paterna en tanto personajes del desarrollo psicológico caracterizados no por un vínculo genético sino por un tipo de vínculo relacional asociado a un rol particular. Pese a eso, la adopción puede generar crisis de identidad que, si bien casi nunca desempeñan un papel crucial en la motivación del asesino, en ciertos casos sí lo pueden hacer, tal y como pasó con David Berkowitz   el era un individuo que había sufrido el rechazo social, sobre todo el de las mujeres… Así, cuando a sus 14 años perdió (murió) a su madre adoptiva, el resentimiento que tenía hacia su madre biológica creció, ya que ésta lo había rechazado y dado en adopción; y esto, como es de esperarse, se tradujo en un aumento de aquella misoginia que latía en el interior de sus crímenes (él mataba a parejas que estaban juntas en sus autos, como si envidiase al hombre y odiase a la mujer).

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El rechazo

El rechazo ha jugado un rol importante en la vida de casi todo asesino serial; venga éste de los padres, de los pares de la institución educativa, del sexo contrario, etc.
La experiencia de ser rechazado (por los padres, los compañeros de escuela, las chicas, etc) ha jugado un rol importante en la vida de casi todo asesino serial. Estudios científicos señalan que los chicos que sufren rechazo social tienden a ser más agresivos, menos sociables, más impulsivos y ansiosos. Pero lo peor viene cuando surge el odio.
En el imaginario social tiene bastante presencia la imagen del rechazado como un individuo de baja autoestima y poca predisposición a la violencia: pero la realidad, en lo que respecta al segundo punto, puede ser totalmente diferente. Así , comienzan a tener:
  1. Bajos niveles de comportamientos prosociales, como turnarse o compartir.
  2. Elevados niveles de comportamientos agresivos o disruptivos.
  3. Elevados niveles de comportamientos desatentos, inmaduros, o impulsivos.
  4. Elevados niveles de ansiedad social.

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La tríada fatídica

Por último, tenemos que los siguientes son tres signos de alarma que, de darse en un individuo determinado, manifiestan una elevada probabilidad de que se transforme en asesino serial.
la piromania, la incontinencia urinaria y la crueldad con los animales. La primera se asocia a la búsqueda de una sensación de poder derivada del deseo de destrucción, la segunda a la tensión emocional, y la tecera es realmente siniestra; pues, según dicen los científicos, el torturar a cualquier ser vivo atrofia las redes neuronales asociadas a la capacidad de sentir empatía, cosa esta que, en último término, equivale a un proceso de deshumanización…
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Crueldad con los animales
el torturar animales no es solo un medio para desfogar la agresividad sino una escuela de crueldad e incluso, tal y como lo mostró Yoo Young Chul matando perros como preparación psicológica a los asesinatos que luego cometería, es una actividad ideal para acostumbrarse a la muerte y el dolor ajenos.
Según estudios, casi todos los chicos que maltratan animales han sido víctimas de maltrato físico y/o psicológico, generalmente por parte de uno o ambos progenitores, y frecuentemente también por parte de sus pares, ya sea a través del bullying o la simple marginación y rechazo social. Esto es importante porque permite entender el carácter éticamente escalofriante que subyace al fin último de la tortura  de los animales aumentándose a medida que se aumenta la crueldad inherente al tipo de crimen: acosadores sexuales (36%), acosadores sexuales encarcelados (46%), violadores convictos (48%) y asesinos adultos (58%).
Piromanía
En los asesinos seriales, la práctica de la piromanía aparece generalmente en la niñez y muestra esencialmente la búsqueda de un sentimiento de poder originado en la satisfacción del afán de destruir. Pero la realidad psicológica de la piromanía es aún más profunda y guarda concordancia con la realidad que suelen vivir quienes se transforman en asesinos seriales. Así, el pirómano es generalmente un joven lleno de frustraciones, problemas y desajustes emocionales, rabia acumulada, y usualmente tedio, vacío existencial, sentimientos de impotencia y deseos de protagonismo. Aunque también hay casos en que la piromanía comporta un aspecto sexual, y en ese caso evidenciaría una sexualidad sádica, y quizá algo de pirofilia. Ejemplo de esto último lo vemos en el asesino norteamericano Ottis Toole, quien incendiaba casas abandonadas y luego se masturbaba contemplándolas arder…
Incontinencia urinaria
Estudios criminológicos muestran que aproximadamente el 60% de los asesinos seriales se orinan en la cama siendo ya adolescentes. Esto suele estar asociado al estrés emocional que origina un entorno familiar y social inadecuado y lleno de conflictividad, tal y como el que les toca vivir a los asesinos seriales durante su infancia y adolescencia.

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